Pasó hace nada más que un mes con un puñado de días. Creemos que el Diego le robó el joystick al Barba y se puso a jugar a la play. No tenemos pruebas, pero tampoco dudas. A Lío y toda esa banda hermosa de la Scaloneta les armó el mejor escenario para cortar la racha de 28 años sin una Copa: el Maracaná y contra Brasil. Y del otro lado del charco les dio el changüí a los ingleses de jugar como local y hasta empezar ganando la final a los pocos minutos para dejarlos besando la lona como él supo hacer en el 86.

Así como nosotros vivimos casi a diario el devenir de esa inolvidable Copa América y también de lo que nos entregaba la glamorosa Euro, queremos invitarlos a todos y todas a desandar una vez más el camino que recorrimos juntos hasta llegar a la cumbre, repasando lo que fuimos escribiendo día a día mientras se desarrollaban ambas competencias. Volvamos a vivir esos días maravillosos.

Sean bienvenidos y bienvenidas a brindar con nosotros. Bebamos de las copas lindas.

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11/6: Todo lo que querías saber de la Eurcopa y no te animabas a preguntar-Lucho Bauzá

Imagen de El Confidencial Digital

Ámsterdam, Bakú, Bucarest, Budapest, Copenhague, Glasgow, Londres, Munich, Roma, San Petersburgo y Sevilla son las 11 sedes donde se disputará la EURO 2020. Codeándose entre la crema del fútbol europeo, hablándole de tú a tú a estadios top como el Wembley, el Olímpico de Roma y el Allianz Arena, aparece el desconocido Estadio Olímpico de Bakú, situado en la homónima capital de Azerbaiyán. Con una capacidad de 69 mil espectadores, la primera piedra de este estadio fue colocada el 6 de junio de 2011, con las presencias tan estelares como brumosas de Joseph Blatter y Michel Platini, y la inauguración ocurrió casi cuatro años después, en marzo de 2015. Dos particularidades que lo hacen único: está construido encima de lo que fue un antiguo campo petrolero, lo cual demoró las obras, ya que antes se debieron eliminar más de un millón de litros cúbicos de residuos de aceite; y está situado junto al lago Boyuk-Shor, uno de los más contaminados del mundo. Hasta ahí viajaran los pulcros suizos y el pituco Gareth Bale para debutar en el grupo A, y ahí, el 3 de julio, podrían cruzarse italianos y holandeses para ver quién pasa a las semifinales y se pone las pilchas de candidatazo. 

Schevchenko, goleador histórico de Ucrania, agarró la dirección técnica de su país luego de una mala actuación en la última Eurocopa. Su primera prueba grande fue la clasificación al Mundial de Rusia: Ucrania perdió un mano a mano en la última fecha de su grupo frente a la futura subcampeona Croacia y se quedó afuera. A esa eliminación le siguió un ascenso a la A en La Liga de las Naciones de la UEFA, con triunfos frente a República Checa y Eslovaquia, y el sello en la red de sus tres ases: Malinovsky, el exquisito zurdo del Atalanta; Yarmolenko, histórico del West Ham; y uno de los pollos de Lástima a nadie, Oleksandr Zinchenko. La tercera experiencia del icónico artillero de los 2000 en el banco ucraniano fue la clasificación a la Eurocopa 2020, y también fue más que positiva: triunfos frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo, goleada frente a Serbia y unas estadísticas prometedoras: 6 partidos ganados y 2 empates. A estar atentos con La Schevaneta.   

Toda la semana circularon memes, imágenes, comentarios, comparaciones, envidias y alabanzas acerca de lo mismo: la formación de Francia. Lloris; Pavard, Varane, Kimpembe, Hernández; Pogba, Kanté, Rabiot; Mbappé, Benzema, Griezmann. “Mamita, posho”, comentó uno en el grupo de los pibes, consciente de que la imagen de esos 11 apellidos con la misma camiseta dice más que mil palabras; “Kanté, venite al Globo”, tuiteó un soñador por allá; “El súper once de Francia para la Eurocopa” tituló Marca, dejando en claro que el impacto y el respeto es mundial. Francia cuenta con dos antecedentes modernos: la misma Francia de 1998-2000 y la España de 2010-2012; tanto la Francia de Zidane como la España de Iniesta ganaron el Mundial, fueron a la Eurocopa inmediata y por una suerte de inercia, de tener caudales y caudales de fútbol cayéndoseles de los bolsillos, les alcanzó para arrasar también a nivel continental. Si se cumpliera la lógica, no nos desagradaría: si Kanté es feliz, nosotros somos felices.

13/6: El día que dimos la vuelta en el Maracaná-Santiago Núñez

Fueron dos los motivos que llevaron a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) a armar un torneo con las mejores selecciones del mundo en junio de 1964. Por un lado, festejar medio siglo de vida, ya que el ente fue creado en agosto de 1914. La otra razón era celebrar ante su gente los últimos dos campeonatos del mundo (Suecia 1958 y Chile 1962).

En su plan original, la CBF pensaba competir con tres selecciones europeas: Portugal, Inglaterra e Italia. Pero la Azzurra se bajó del certamen a último momento, lo que abrió la convocatoria para Argentina. Así quedó configurada la Copa de las Naciones, también denominada Copa Euroamericana, con un cuadrangular “todos contra todos”.

Los lusos que tendrían el tercer lugar dos años después en el Mundial del 66 tenían a Eusebio como gran figura pero también a Torres, Coluna y Simoes, base del Benfica dos veces campeón y dos subcampeón de la Copa de Campeones de Europa, en el primer lustro de la década del 60. La escuadra británica, por su parte, tenía en sus filas a los “Bobbys” (Charlton y Moore) y a uno de los mejores arqueros de su historia (Gordon Banks) y ya se preparaba para campeonar en Wembley. El equipo de Brasil era directamente de ensueño: Pelé, Carlos Alberto, Rinaldo, Gerson, Jairzinho, Gilmar. Un chiste recurrente en la concentración argentina decía algo así como “cuartos salimos seguros”.

19/6 ¿Qué ves cuando me ves?-Lucas Jiménez

Argentina le ganó bien a Uruguay por la presión alta y asfixiante de la primera media hora. Salió a jugar con la mochila de 3 empates consecutivos y el peso mediático de la exhibición del día anterior de Brasil contra Perú (el segundo tiempo). Quizás a cierto sector de la prensa le sirva el juego y mucha gente compre eso. Pero el espejo y la vara para medir a la Argentina no es la selección monstruosa que armó Tite. Vale aclarar que el técnico brasileño asumió en el cargo en el mismo momento que el Patón Bauza en Argentina después de la salida del Tata Martino a mitad del 2016.

Argentina debe ser espejada en Argentina. La que explotó despedazada por mil partes en Rusia 2018 (mundial donde el rival de ayer Uruguay salió quinto). La que ningún técnico de elite y experiencia quiso agarrar. La que empezó a foguear la renovación casi sin base de experiencia en un principio. La que sumó primero a Otamendi, después a Messi y por último a Di María y Agüero. La que casi queda fuera en la fase de grupos de la Copa América que se jugó hace dos años si Armani no atajaba aquel penal contra Paraguay. La que se armó de adelante para atrás. La que se le plantó a Brasil en su casa, hizo revolcar a Alisson y perdió un partido parejo con una actuación polémica del VAR. Es esa misma selección pero mejorada y evolucionada. Cada día un poco más. Tanto que desde aquel partido que no pierde.

Algo lindo y fuerte se está generando. Ojalá puedan verlo. Ojalá no esté equivocado. Hay que evitar a Brasil hasta la final, que el planteo y la ejecución sean como contra Alemania en 2014, que también era superior. Hay que llegar a la final. Hay que soñar. Dicen por ahí que es gratis. Súbanse a esta nube voladora. Somos como Scaloni. No tenemos experiencia. Nunca salimos campeones. Pero lo vamos a intentar. Eso sí que sabemos hacerlo.

3/7 Scaloni y su selección, símbolos del fracaso argentino-Santiago Núñez

En diferentes canales de comunicación (medios, redes sociales) circula una nutrida serie asociativa entre el apellido del técnico del seleccionado argentino y toda la familia de significados vinculados al concepto de “fracaso”. “La selección no enamora”. “Se defiende mucho”. “Regala un tiempo”. Se construye, a partir de la acumulación de elementos negativos, una sensación y una significación de malestar. De carencia.

Este sentimiento se genera a partir de la repetición de situaciones negativas o de los defectos que un equipo de fútbol lleva consigo. Se toman las faltas, que todas juntas conducen a un indefectible síntoma de incomodidad. Aquella tertulia particular se vuelca consistentemente con una historia de críticas, que hoy ponen en el centro a Lionel Scaloni.

Un usuario en las redes viraliza un tweet en el que se lee “Deportivo empate”, apenas termina el debut con Chile por la Copa América. Aparecen quejas sistemáticas y a veces agresivas sobre Nicolás Otamendi, un tipo con más de 10 años en las primeras ligas de Europa. Se despotrica contra Lautaro Martínez, centrodelantero titular del campeón del Calcio. Antes le cayeron críticas a Agustín Marchesín, un tipo que viene de jugar Champions League. Incluso algunos hablan de que se extraña a Gonzalo Higuaín, la persona más denostada por el ambiente futbolero de los últimos años. También hay frases vacías: “no juega a nada”, no da “gusto verla”, “aburre”.

12/7 Lionel Scaloni, el tipo que siempre va para adelante-Santiago Núñez

Un ex futbolista que hace las veces de panelista televisivo dice al aire que Argentina no tiene técnico, a pocos días de comenzar la Copa América. A la luz de los resultados, es fácil concluir que el pronóstico de Cristian Fabbiani no fue el acertado. El “tengo miedo de estar perdiendo el tiempo cuatro años” de un reconocido relator, devenido en conductor, es igual de desacertado.

En el mismo piso dos ex jugadores y un relator dan por hecha una supuesta y no muy comprobada “falta de proyecto” y se animan a inducir que a Argentina no le conviene salir campeón. Queda a las claras la disidencia rápida que tal conclusión me genera, pero la observación primera resulta una polémica de importancia. ¿Cómo que no hay proyecto? ¿De dónde salió Emiliano “Dibu” Martínez? ¿Estaban Montiel, Romero, De Paul, Paredes, Lo Celso y tantos otros más cuando el entrenador llegó y tanto su selección como su buen funcionamiento son situaciones fortuitas en las que el técnico no tiene nada que ver? ¿No vale nada un cuerpo técnico con cuatro integrantes fundamentales que coordinan el fútbol no solamente de la mayor sino también de las juveniles?

“26 partidos después, anarquía, cambios sin sentido, desbalanceado” afirma sin tapujos un periodista televisivo una vez terminado el partido con Chile por eliminatorias. Es extraño o al menos el futuro logró desmentir semejante confesión. Los cambios que Scaloni hizo en la final fueron casi perfectos. Montiel tuvo un partidazo contra Neymar, Vinicius o todo aquel que lo encarara. Acuña y el “Cuti” Romero se comieron la cancha. Di María fue elegido figura en la final. Durante toda la copa, Scaloni fue encontrando el equilibrio del tándem Paredes-De Paul (una dupla demoledora), logró perfeccionar la llegada al gol de Martínez, y consiguió la mejor versión de Messi con una remera celeste y blanca.

13/7 Lorenzo, el magnífico maradoniano-Juan Stanisci

Insigne deambulaba de club en club y de rechazo en rechazo. El último “hasta luego” lo escuchó en el Olimpia Sant Alpino. Fue a probarse al Olimpia Grumese y volvió a recibir la misma devolución: “volvé cuando crezcas”. La sangre napolitana comenzó a hervirle. El joven Insigne armó un cassino (quilombo en napolitano) y el club decidió ficharlo. No duraría mucho. A los 15 años el Grumese organizó una jornada para que sus jugadores sean vistos por ojeadores del Napoli. El petiso, o Nano como lo apodaban sus amigos, los deslumbró. Lo compraron por 1500 euros.

Pasó las categorías inferiores como una estrella fugaz. A los 19 años debutó en el primer equipo. Pero el club quería darlo a préstamo para que ganara experiencia. Giuseppe Pavoni fue a ver el partido entre las reservas del Napoli y la Lazio con la esperanza de poder llevarse algún joven a préstamo al Cavese de la Serie C. Quedó impactado por el joven gambeteador y le ofreció ir a jugar por seis meses. En el Cavese su técnico fue Paolo Stringara, quien después de un partido declaró que era uno de los mejores jugadores jóvenes del país.

Tras seis meses en el Cavese pasó al Foggia dirigido por el checo Zdenek Zeman, un técnico contracultural para la historia del fútbol italiano. En la década del 90 había alcanzado la fama tras ascender también al Foggia. Luego pasaría por la la Lazio y la Roma, donde declararía que no le gustaba “el abuso de fármacos” en el Calcio. “El fútbol tiene que salir de las farmacias”. La elite del fútbol italiano le saltó a la yugular y lograron borrarlo del mapa por unos años. Cuando agarró el Foggia se llevó con él al joven Insigne y le cambió la carrera. Sus equipos forman con un 4-3-3 donde solo los centrales defienden, suelen terminar como los máximos goleadores del torneo y como los más goleados. A Insigne lo corrió del medio al wing izquierdo, el mismo lugar donde brilló con Mancini en la reciente Eurocopa.

14/7 Ankara, el que nunca cae-Martín El Lakkis

El fútbol en paz, el mundo feliz, el Diego allá, Messi acá, y a Di María no lo querían, eh ¿La pregunta es qué pasa si pasa lo que nosotros soñamos? Voy a ser el primero en abrazarte.

Todo fue como lo soñamos, bah esto no fue como un sueño, la realidad mató a la ficción. Sus compañeros más felices por él que por ellos mismos. Sus amigos poniéndose contentos cuando lo ven venir.

Bueno ahora bebamos de la copa más linda que tenemos hoy y vamos a soñar con Qatar. Festejar en Bangladesh con la misma locura que en la 9 de Julio.

CON ESTE BONUS TRACK

La TV ataca-Esteban Bedriñan

Al igual que en la previa de la gesta en México 1986, el combinado nacional ha tenido en cierto “periodismo mainstream” su rival más mala leche y complicado. Un rival opulento en ego, amparado en su poder monopólico que lo blinda de ciertas críticas a pesar de que cada vez se le vean más las costuras. Y si ellos mismos no lo notan, las redes sociales, tan caóticas y poco regulables para sus intereses, les vienen marcando la cancha hace bastante y los exponen en cada uno de sus errores o manipulaciones.

El seleccionado que nunca pierde, conformado por los periodistas de la televisión vernácula, jugó esta Copa América con todos sus titulares y quedaron a un gol de levantar el trofeo. A pesar del tanto de Di María en la final; del torneo grandioso de Messi; de la confirmación de un arquero que puede marcar época;  una dupla de centrales con rendimiento y futuro; de un mediocampo que sale y juega de memoria; de un trabajo serio y calibrado del cuerpo técnico, el periodismo de guerra deportivo optó por bajar un poco las armas y sumarse lateralmente a la fiesta.

Algunos con el semblante serio, sin expresar demasiada alegría a minutos de finalizado el partido con Brasil, que cortó 28 años sin títulos argentinos, salieron al aire a hacer un programa como si se hubiera tratado de un pase de ronda y no de la obtención de una copa. Otros apenas si atisbaron a escribir un par de líneas en sus diarios íntimos digitales (llamadas webs personales) donde reconocieron en tres sílabas su error y pasaron a embarrar a otros personajes del ambiente artístico que señalaron sus desatinos previos en redes. Pero ninguno de ellos se puso de frente a la cámara y reconoció que a pesar de las críticas despiadadas y sin fundamentos, el logro de la Selección los convenció de sus errores.

Carlos Bilardo supo decir con buen tino que “se puede discutir con un cocodrilo, con un león y con un elefante pero con el periodismo no” porque siempre se “pierde.” Conocedor del papel que juega la prensa desde su época de jugador, vivió en carne propia diversas operaciones que intentaron derribarlo de la dirección técnica de la Argentina en la previa al mundial de México. Sobrevivió a todo con la obtención de la Copa del Mundo. Porque ahí “cuando se gana, a uno lo felicitan.”

Di María, el 11 de memoria-Lucas Jiménez

Di María recurrió a la ayuda de la psicología para cortar con las lesiones en partidos definitorios de la selección pero además quiso cambiar de número de camiseta para la nueva etapa. La Argentina del Patón Bauza viajaba a Brasil para jugar contra la nueva selección de Tite y Di María le pidió al Kun cambiar los números y así el rosarino empezó a usar la 11 como en el París Saint Germain y Agüero la 7. Angelito a cada club que fue pidió usar la 11 aunque no pudo ni en Real Madrid ni Manchester United. Es un número al que le tiene cariño, es el que usó por ejemplo en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 donde Argentina ganó la medalla de oro con un gol suyo en la final.

Con la 11 tiró el centro/pase atrás para el gol del empate de Messi a Ecuador el día que clasificamos al Mundial de Rusia 2018, torneo donde también jugó con la 11 y le metió un golazo de afuera del área al campeón del mundo Francia. A la Copa América 2019 salió a jugar en el debut contra Colombia con el mismo número en la espalda pero su rendimiento no fue bueno. Desconectado del equipo la tocó poco y nada. No logró hacer un tándem por la izquierda con Nicolás Tagliafico. En el entretiempo salió reemplazado por Rodrigo De Paul que entró más participativo y ganó algún córner que era un montón para un equipo que perdió bien 2-0 contra Colombia.

Al partido siguiente contra Paraguay el técnico Lionel Scaloni sacaría a los históricos Di María y Agüero para que entren de titulares De Paul y Lautaro Martínez. Los jugadores se enteran de esto por la prensa antes que por boca del técnico. Se plantan en un entrenamiento para cortar con algo que habían vivido en el ciclo anterior donde algunos periodistas tenían las primicias de todo. De esa reunión sale algo que sería vital para la conformación del grupo fuerte y unido aplicando la ley del segundo esfuerzo en defensa de su técnico. A partir de ahí empeoró la relación de Scaloni con la prensa, que ya no tenía las formaciones antes de los partidos, y mejoró el vínculo con sus dirigidos.

La Copa América siguió con De Paul de titular y Di María siendo el primer cambio para entrar en los segundos tiempos. Argentina salió tercera dejando una aceptable imagen en los últimos partidos contra Brasil y Chile. Fideo no fue convocado para los amistosos que hubo en 2019 después de la Copa. El técnico quería probar a nuevos jugadores como Lucas Ocampos y Nicolás González. Pero Angelito mantuvo su nivel top en PSG y volvió para la segunda doble fecha de Eliminatorias de noviembre del 2020. De Paul ya era una fija en el mediocampo argentino. El volante de Udinese usaba la camiseta 15, en la Copa América había usado la 16. La 7 en el torneo continental la tuvo el Tucu Pereyra y en las Eliminatorias el Papu Gómez.

Llegó el 2021 y Argentina salió a jugar contra Chile por Eliminatorias con De Paul y Di María de titulares. El primero con la 7 y el segundo con la 11. Para la Copa América volvería a recuperar la titularidad Nico González y otra vez Angelito fue el jugador número 12 como en la Copa pasada también jugada en Brasil. Hasta la final que Scaloni lo puso de titular. En la previa del partido Fideo le dijo a De Paul que lo busque a la espalda de Renan Lodi que era medio dormilón. El 7 lanzó, el 11 recibió y la picó por arriba del arquero como en la final de los JJ.OO Beijing 2008.

Lio y Ney esperan una cerveza-Juan Stanisci

Los dos están sentados en una escalera. Se ríen, se abrazan. Acaban de terminar de jugar al fútbol y parece que están esperando al amigo que fue a comprar la cerveza. Pero no. Están sentados en la escalera que une los vestuarios con la cancha de un estadio tan grande como su historia.

En otro contexto sería una botella pasando de mano en mano, pero por la pandemia deberían tener una cada uno.

Hace pocos minutos los dos estaban llorando. Por el mismo motivo aunque con distintas sensaciones. El motivo se llama Copa América y era la posibilidad para ambos de ganar su primer título con las selecciones mayores de sus países. Las sensaciones, en cambio, son antagónicas: Ney siente tristeza e impotencia; Lio que la felicidad no le entra en el cuerpo.

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