Hace tres años la selección argentina explotaba despedazada por mil partes en Rusia. La última eliminatoria clasificamos en la última fecha sufriendo esperando otros resultados. Ayer vimos la mejor exhibición futbolística de la selección argentina en muchos años, encima en un clásico contra Uruguay. A disfrutar el presente del gran equipo de Scaloni, ya va a haber tiempo para pensar en Qatar. Escribe Lucas Jiménez.
En noviembre del 2020 escribí una nota después de la doble fecha de Eliminatorias sudamericanas que incluyeron empate como local contra Paraguay y triunfo como visitante contra Perú. El título era “La Argentina de Scaloni, un posible buen equipo”. La teoría se basaba en que solo los buenos equipos construyen grandes jugadas y la Argentina había convertido luego de grandes asociaciones de pases: gol anulado a Lo Celso contra Paraguay y el gol de Lautaro Martínez a Perú. Todavía lo mostrado era un EP con algunas canciones pero algo había. Se notaba el trabajo y la mejora de mitad de cancha en adelante.
Luego de aquel noviembre vino más de un mes de convivencia, entrenamiento y partidos en 2021 donde la Argentina ya jugaba media hora a un ritmo altísimo. Encontraba espacios aún en defensas cerradas. De mitad de cancha en adelante no hay posiciones fijas salvo las de Lautaro Martínez sosteniendo a los centrales rivales. El resto es movilidad y desmarque. Darle opción de pase al compañero. Lo Celso ventilando los ataques, De Paul rompiendo hacia adelante, Messi buscando cada partido donde están los espacios para recibir sin marca, los laterales abriendo la cancha y un wing aportando sus características. Si es Nico González las diagonales al área para terminar de 9 en modo Juampi Sorín, si es Di María buscar la asociación por dentro. Si enfrentas a Argentina ya no te sirve defenderte porque los espacios te los encuentra igual.
Los defensores centrales conducen, Cuti Romero espera hasta el último segundo hasta dar un pase, Otamendi se adelanta recordando sus años dorados en el Manchester City de Guardiola. Todo está respaldado por ese tremendo y subvalorado volante central que es Leandro Paredes que siempre está encima de la jugada, corta más por cercanía que por ser un típico 5 de marca. Las mejores recuperaciones de Paredes suelen ser en mitad de cancha o zonas aledañas, es un 5 para jugar con el bloque adelantado. El 1-0 de ayer nace de una recuperación suya. Lo Celso suelta rápido para Messi y el 10 hace lo imposible: un gol de tres dedos de un centro. Pero no hay gol sin diagonal de Nico González que intenta desviar el remate, por eso el arquero uruguayo Fernando Muslera pone las manos abajo esperando el desvío.
Argentina parece invencible también porque como todo equipo ofensivo con pretensiones altas que deja espacios hacia atrás necesita un arquero salvador que te haga jugar con confianza. Que genere el aplauso de Otamendi en pleno partido contra Paraguay y el reconocimiento de Lionel Messi después de ganarle a Uruguay: “tenemos a uno de los mejores arqueros del mundo”. No hay equipazo sin arquerazo. Dibu Martínez barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste? Frustra al rival de turno y agranda a los propios. Ya van 4 partidos y medio del trío Martínez-Romero-Otamendi sin recibir goles.
El talón de Aquiles del equipo son los laterales que tienen altibajos, aún dentro de los partidos. Pasan de cierres a medio hacer a recuperaciones heroicas. Es algo a pulir solo de perfeccionistas. No están jugando mal, son los seis puntos de un equipo que roza el 10. Molina participó poco, Tagliafico tuvo más actividad y su rendimiento fue de menos a más. Terminó siendo el jugador que mantiene viva la jugada de ataque previa al 2-0 poniéndole el cuerpo a Nahitan Nández que había recuperado la pelota. Después vino un pase de Messi, un remate defectuoso de Lautaro y el gol de Juan Sebastián De Paul pisando el área.

No se puede jugar así de bien sin volantes que jueguen bien y entiendan sus funciones. De Paul conduce y acompaña los ataques. Lo Celso que suele ser el primer cambio por su merma física y de rendimiento en los segundos tiempos, ayer fue el único volante que no fue reemplazado. Completó su mejor partido en selección. Lee bien los espacios para recibir y ocupar, por eso a veces termina de 9. Tiene técnica y pase gol, juega a un toque con Messi. Si tuviera gol estaríamos hablando de uno de los mejores volantes del mundo. Es el asterisco que le falta mejorar, excepto en su temporada en Betis y en la que fue dirigido por Mourinho en el Tottenham siempre le faltó eso para terminar de ser completo.
Argentina ganó 3-0 y pudo ser 6-0 sin las atajadas de Muslera. Jugó quizás su mejor partido en muchos años de selección, ponele el número que quieras. Jugó media hora al palo por palo y lo sostuvo su arquero, el gol de Messi dio paso al show en vivo de La Scaloneta Rocanrol. Se puede ganar y se puede convertir goles de muchas maneras. Jugar así 60 minutos como ayer y ganar floreándose contra una de las selecciones más fuertes de Sudamérica solo lo hacen los buenos equipos. La Argentina de Scaloni ya lo es. Equipo rico en variantes ofensivas comandado por un buen seleccionador que también es un gran entrenador.
Tabárez le puso línea de 5 abajo entonces Scaloni reflotó el 4-3-3 de la Copa América para no darles referencias de marcas por los costados a Uruguay. El supuesto extremo derecho fue Messi que se cerraba, con pocos espacios por el medio toca igual con Lo Celso y De Paul. No hay plan táctico adecuado sin una ejecución acorde de los intérpretes. Scaloni juntó gente donde Uruguay no tenía tanta. En el medio encontró los espacios que no había por las bandas que estaban bien cubiertas.
¿11 de memoria? No, gracias. Jugar siempre igual, menos. Pasó otro partido donde Argentina fue más dominador que dominado porque tiene variantes. Si esperabas a Di María abierto por derecha, te entra Nico González a ser el fantasma del área que llega sin marca. Plantel firme y planificador. Entraron Julián Alvarez y Facundo Medina a ser parte para los que preguntaban por un proyecto en plena Copa América y ayer invitaron a la mesa de debate televisivo post partido al Bocha Batista.

Falta un año para el mundial. Pasamos montones de cosas viendo a la selección. Hace dos años viendo una Copa América algunos algo vimos que algo había nacido en postura y actitud colectiva. Solo falta ver a este equipo jugando contra un europeo. Hasta ahora el único registro es el 2-2 contra Alemania en octubre de 2019 sin Messi, Cuti Romero, Dibu Martínez, Lo Celso y Di María. Primer tiempo perdíamos 2-0. En el entretiempo el DT ajustó, afuera Marcos Rojo en su hasta ahora último partido en selección. Línea de 3 con Tagliafico de stopper izquierdo en modo Ariel Holan. Los cambios Alario y Ocampos empataron el partido. Leandro Paredes como bandera.
Hasta junio que juguemos contra Italia no queda otra que seguir jugando por la zona. En dos de las últimas 3 Eliminatorias clasificamos en la última fecha sufriendo. De hecho ayer se cumplieron 4 años del partido contra Ecuador con 3 goles de Messi. Es efímero pero después de Rusia 2018 no pensé que íbamos a volver a vivir esto. Déjenme disfrutar este presente.
Vayan subiendo al tren que agregamos vagones para su comodidad. Da gusto sentarse a ver a la Argentina de Scaloni. Lo que dijimos hace un año atrás y ya es una realidad. Ayer hubo una exhibición de Fútbol Total. La Scaloneta no es solo un invicto bonito de 24 partidos sin perder, tampoco un parche hermoso de Campeón de América. Es la suma de todo eso que da como resultado una selección alegre que te secuestra tu estado de ánimo por 90 minutos y te lo deja allá arriba esperando el próximo partido.
Lucas Jiménez
Twitter: @lucasjimenez88
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