Una selección que juega media hora, pero con eso le alcanza. El cansancio, la rotación y la semana de descanso. Escribe Lucas Jiménez.

La rotación elegida por el técnico Scaloni juntó a Los Viejitos Piola Rocanrol en ataque. La banda de los 33 años. Di María a la derecha, Messi por el centro, Papu Gómez a la izquierda. Igual tridente creativo que aquel Argentina-Perú por Eliminatorias en 2017 en la época de George Tattoo Sampaoli/Beccacece. Scaloni formaba parte de aquel cuerpo técnico. Aquella vez el 9 fue Pipa Benedetto, ayer fue el Kun Agüero (también de 33 pirulos).

Como en los últimos 3 partidos el inicio fue demoledor. Posesión, presión alta, movilidad. Messi retrasado volanteando, Di María jugando del lado de la cancha donde piensa más y corre menos mostró su faceta de asistidor para el gol de Gómez con un calco al pase a Lautaro previo al penal contra Chile por Eliminatorias. Papu jugó cerrado para sumarse a la conducción con la pelota y libre como el viento sin ella. Un jugador cuyos movimientos inteligentes mejoran la forma de atacar del equipo. Kun arrancó de más a menos. Lo que le da su físico actual. No le alcanzó para sembrarle dudas a Scaloni sobre la titularidad de Lautaro Martínez.

Argentina entusiasma hasta que hace un gol. Ahí se repliega y comienza a borrar esa sensación inicial. El ciclo de Scaloni es sabelliano. No brilla pero tampoco pierde. Sigue sumando partidos invicto y gana con lo justo. También comparte del gran Alejandro Magno de Tolosa que hay una diferenciación entre lo que imponen las características de los intérpretes para atacar y la idea madre del técnico. Argentina tiene jugadores de tenencia y movimientos de pelota horizontales pero al DT le gustan los ataques verticales. Esos que no logra hilvanar el equipo cuando se repliega.

No es casualidad que el primer tiempo anduvo mejor Paredes (conducción de lujo en el gol anulado) que Guido Rodríguez y en el segundo tiempo al revés. Tampoco es casualidad que el primer tiempo defendiendo solo se destacó Pezzella con cierres oportunos y en el complemento con las líneas bajas y menos espacio mejoraron Cuti Romero y Tagliafico. Nahuel Molina aplicó con éxito la receta cocinada en el primer tiempo encimando al crack paraguayo Almiron. Sumando sus aportes en ataque otra convincente actuación del lateral derecho de Udinese.

Flojo partido del equipo de Scaloni. La primera media hora similar a los buenos inicios anteriores. Los restantes 60 minutos por debajo de los 60 de los otros partidos. Argentino quedó largo y resistió. Otra vez le llegaron poco y nada. El partido le dio la razón al técnico con la rotación. Messi jugó gastado y muchas veces pensó bien y ejecutó mal. Eso se llama cansancio. Se cura con descanso. Justo lo que viene para Argentina. Queda la victoria y que se sigue ampliando el abanico de jugadores para utilizar. También la clasificación a cuartos de final, partido al que llegaremos (Bolivia mediante) con 2 años sin perder partidos.

Quizás es porque jugaron Di María, Messi y Agüero. Quizás es porque tengo ganas de ilusionarme aún no en los mejores partidos del ciclo. Pero la última vez que vi un equipo de albañiles sacando adelante partidos también fue en Brasil. Aquella historia terminó en el Maracaná. Mismo lugar que albergará la escena final de esta Copa América. Para llegar hasta ahí vamos a necesitar más de media hora jugando como un equipo con ganas de hacer historia.

Lucas Jiménez

Twitter: @lucasjimenez88

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