Una de las grandes figuras de la primera edición de la Copa Diego Armando Maradona fue Martín Payero. Un juvenil al que le costó encontrar un club y un lugar en la cancha. Escribe Gonzalo Bressan Otegui.
Si colocamos la palabra Payero en el buscador de Google, los primeros resultados que arroja son los de Martín, el jugador de Banfield. La habitual presencia de Wikipedia, paginas con datos estadísticos del mediocampista, breves entrevistas desprendidas de una original o datos de color, como la noche en que la que se fue al baño durante el corte de luz en el partido frente a River.
Si extendemos la búsqueda su identidad se desvanece. Otras personas con el apellido Payero aparecen, con distinto nombre, diferentes ocupaciones, en diversos lugares del mundo. Incluso, si se avanza en la navegación, aparece el nombre de Giuliano Galoppo, compañero de equipo. Martín y Giuliano son los internos del conjunto del sur. El segundo tiene un año menos, pero se lleva los flashes. El hijo de Marcelino, ex jugador de Racing de Córdoba, y del Dundee de Escocia, estuvo a un gol de ser uno de los goleadores de la Copa Diego Maradona. Es por esto que se encuentran columnas y entrevistas sobre él, y Payero parece ser un mero jugador más del futbol argentino.
Martín tuvo un breve paso por River Plate a los 12 años, un año después se volvió a Córdoba. Llegó a Banfield en edad de quinta, y a los 18 se quedó con las ganas de ir al Sudamericano Sub 20. ‘’Mi meta a corto plazo es tratar de estar en el torneo’’, comentó tres meses antes de que salga las lista.

A mediados de 2019 arribó a Talleres de Córdoba luego de un intercambio entre los clubes. Junior Arias llegó a Banfield, y Payero al conjunto cordobés. De los 22 partidos que pudo jugar, lo hizo tan solo en uno como titular, luego ingresó en quince y no jugó ni un minuto en seis encuentros. El Taladro le había puesto una clausula, pero aunque era negociable el Tallarín no la quiso pagar. Volvió a Banfield, por cumplir 22 años, con pocos partidos en primera, con el rumor de que lo había seguido Marcelo Gallardo, pero nadie le daba lugar. Se encontró con un contexto favorable. Javier Sanguinetti se hacía cargo del primer equipo y armaba un plantel con mayoría de chicos del club. No eran tenidos en cuenta, o al menos para el once titular, Nicolás Bertolo, Renato Civelli, Junior Arias, Nery Leyes, Daniel Osvaldo, Sebastián Dubarbier, Esteban Conde, Pablo Velázquez, Jonas Gutiérrez, Jesús Datolo y Reinaldo Lenis. Todos mayores de 28 años. El entrenador diagramó un once titular con ocho jugadores surgidos en la inferiores del club, todos menores de 25 años.
Payero pasó a ser titular inamovible en el conjunto de Sanguinetti. Jugó todos los partidos de la Copa Diego Maradona, menos uno en el que estaba suspendido. Tanto en la recuperación, como en la destreza y en la conducción, el cordobés se volvió vital. Finalizada la competencia, Martin Payero es el que más asistencias de gol acumuló, con siete. Pero eso no lo hace un jugador exclusivamente de conducción pasiva. En paralelo también es el jugador con más regates satisfactorios, por encima de Alan Velasco, el juvenil de Independiente que deslumbra con su desfachatez. Payero fue uno de los ofensivos más destacados de la copa, aunque esto no le quita merito para destacarse en lo defensivo.

El mediocampista se mueve detrás de los delanteros, delante del único volante central. En ese sector conduce cuando tiene la pelota, cuando no la tiene se dedica a recuperarla. Detrás de Carlos Quintana, defensor de Argentinos Juniors, es quien más balones disputados ganó. Todas estas estadísticas tienen aun más valor si las colocamos en tiempo y espacio. Banfield debía ganarle a San Lorenzo para poder jugar la final de la Copa Diego Maradona. Un empate le daba el lugar a Talleres, quien ganaba dos a uno cuando el conjunto del sur también lo hacía por el mismo resultado. Quedaban pocos minutos para el final, lo mental podía jugar más que nunca en el estado de los pibes de Banfield. Cada minuto que se acercaba más al final, el elenco de Sanguinetti se retrasaba más metros. Pero Payero se decidió a cortar la salida de San Lorenzo. Robo la pelota, tuvo un segundo duelo, en el cual también salió victorioso. Cerca del arco recibió la falta del tiro libre que luego convirtió. Minutos antes había habilitado a Agustín Fontana para su gol, partidos antes había hecho jugar al equipo a su ritmo.
El pibe que pasó por River, aunque pocos lo saben dentro del club. El juvenil que no fue convocado al Sudamericano. El jugador que Banfield negoció, pero que Talleres no quiso comprar. Ese mismo del que pocos hablan y fue una de la figuras de la copa. Esta columna se titula con su nombre, para que nadie se olvide de Martín Payero.
Gonzalo Bressan Otegui
Pueden sus textos acá.
Imagen la página millonaria.
1 Comment