Hoy se estrena la serie de La Scaloneta en Amazon Prime. Acá compartimos las crónicas de los últimos tres partidos de la Copa América 2021 para que quede registro que estamos en el fondo del colectivo hace rato creyendo en los bellos milagros. Esos que nos merecemos y ocurrirán. Escribe Lucas Jiménez.

Argentina-Ecuador: La selección de Scaloni en tierra de sueños parte 2

El mediocampo base de Scaloni es De Paul-Paredes-Lo Celso. Si los tres están bien física y futbolísticamente son titulares. Por ejemplo en la Copa América de 2019 Lo Celso perdió el puesto con Marcos Acuña que le aportaba más marca y verticalidad al mediocampo. Lo mismo podría ocurrir este año con Leandro Paredes que no está jugando bien y le podría dejar su lugar a un Guido Rodríguez, que ayer volvió a sumar minutos con rendimiento positivo.

Pero no nos adelantemos a los cambios porque hubo un partido contra el difícil Ecuador de Gustavo Alfaro. Un equipo que en su grupo solo perdió contra Colombia y por la mínima. No había ganado ningún partido, pero es un rival que te puede sacar un empate que en fase de cuartos de final deriva en tanda de penales.

El tándem derecho argentino Molina-De Paul se conoce de Udinese, que mezclen bien no es novedad. Sí es una grata sorpresa los encuentros entre Messi y Nahuel Molina porque recién compartieron minutos en cancha por primera vez hace un mes. Argentina arrancó con la voracidad de siempre pero a diferencia de otros partidos no pudo abrir el marcador por más que generó las situaciones para hacerlo.

Pasado el vendaval, Ecuador empezó a mostrar su plan de ataque. Pelotazos largos a la posición de los laterales argentinos para aprovechar sus subidas. El partido arrancó complejo para la dupla central argentina que resolvió bien esos envíos largos saliendo lejos de la cueva. A veces Otamendi se pasó de fuerza y generó faltas peligrosas para un equipo que maneja bien la pelota parada. Si Ecuador lograba agarrar mal parado al lateral y sacar de su zona al central, contaba con que Leandro Paredes no iba a ir a cubrir el hueco, o aunque sea no lo iba a hacer bien. No es Guido Rodríguez que eso le sale natural porque encima en Defensa y Justicia jugaba como marcador central.

Así Ecuador estuvo a centímetros de convertir. A la jugada siguiente el que metió el gol anímico fue Argentina. Messi no estaba teniendo un partido preciso, gol errado incluido, pero soltó bien la pelota para la corrida de Nico González mano a mano contra el arquero Galíndez que le cometió falta afuera del área. La pelota volvió a Messi que actuó rápido tocando la pelota hacia donde estaba solo De Paul, quien definió bárbaro para el 1-0. La importancia de los volantes que pisan el área y un gol necesario para un jugador muy útil y rendidor para este equipo, subvalorado por la opinión pública futbolera influenciada por los grandes canales deportivos.

El gol y la asistencia le cambiaron el semblante a Messi que activó su modo Bestia Pop. Los 5 minutos y el descuento que quedaban para que termine el primer tiempo Argentina estuvo muy cerca de poner el segundo en una doble tapada de Galíndez a Nico González. Así terminó la primera etapa con dos sensaciones muy marcadas. El equipo estaba bien en ataque pero mal en el medio, donde le costaba mucho recuperar la pelota. El segundo tiempo se potenciaría esto último. Scaloni cambió el 4-3-3 por un 4-4-2 con Rodrigo De Paul y Nico González de carrileros. Es muy importante el despliegue del ex delantero de Argentinos Juniors.

Con menos espacios para cubrir en el medio, mejoró Lo Celso en la conducción, no así Paredes en la recuperación. Pezzella y Otamendi dudaban si salir o quedarse. La defensa empezaba a sufrir que el medio no contenía al bravo Ecuador que generó chances para empatar. El técnico Scaloni tocó las teclas justas. Cambió el eje. Afuera Lo Celso y Paredes. Adentro Guido Rodríguez y Di María. Así el doble cinco quedó conformado con Guido de 5 clásico y De Paul más adelantado, Di María abierto por derecha donde más rinde. Con estos jugadores el equipo ganó verticalidad ofensiva y presionó mejor a Ecuador para forzarle errores en la salida.

Guido Rodríguez comenzó a recuperar pelotas de 5 y con esa seguridad el equipo se fue soltando. De Paul se adelantó para completar un partidazo. Di María sumó otro buen ingreso. Los dos goles que liquidaron el partido fueron por él. Recuperó la pelota en el segundo y le hicieron la falta en una corrida, que merecía terminar en gol suyo, en el tercero. Jugador Número 12 presente. No será titular pero Angelito ya se ganó ser el primer relevo ofensivo del equipo.

En el segundo tanto Messi volvió a jugar a un toque para entregarle segundos de resolución al que recibe, en este caso Lautaro Martínez que puso la pelota en al ángulo. Un gol que fue un premio al valioso partido que hizo el delantero del Inter presionando constantemente a los defensores ecuatorianos. El tercero primero fue penal, después mutó a tiro libre por intervención del VAR. Sirvió para confirmar que Messi está jugando desnudo para siempre. En 5 partidos, 4 goles, 4 asistencias, líder absoluto de un equipo en camino de subida.

En semifinales espera Colombia que para la forma de jugar de Argentina es mejor porque deja más espacios que Uruguay, aunque también ataca más y va a recuperar a su mejor jugador Juan Cuadrado, que no jugó los cuartos por estar suspendido. Argentina y Colombia ya se enfrentaron el 8 de junio por Eliminatorias. Fue un 2-2 agónico para Colombia después de estar 0-2.

La selección de Scaloni ya alcanzó el piso de la Copa América pasada, también jugada en Brasil. En 2019 en semis esperaba el local. En aquel momento llegó a ese partido solo exhibiendo un triunfo contra Venezuela como la única victoria contra países de Sudamérica. Argentina llegó mucho mejor a la Copa América del 2021. En el recorrido de amistosos y Eliminatorias le ganó a Brasil, Ecuador, Bolivia y Perú. Durante la competencia actual sumó triunfos contra Uruguay y Paraguay. Para llegar a la final falta ganarle a Colombia, selección a la que con Scaloni como técnico Argentina ya enfrentó 3 veces: una derrota y dos empates, uno fue en el segundo partido del ciclo Scaloni.

La Albiceleste va por la Copa América, no gana un título desde 1993. Aquella vez en semifinales también enfrentó a Colombia. Fue un 0-0 y pase a la final por penales por las manos de Goyco que le atajó a Víctor Aristizabal y el último penal convertido por Jorge Borelli. Que sea de cualquier manera pero que sea. Queremos que el 10 de julio nos encuentre sin uñas esperando una nueva final en el Maracaná.

Argentina-Colombia: La Scaloneta, una montaña rusa de emociones

Hay veces que un meme condensa en pocas palabras la explicación justa y necesaria. Este salió a las redes después del segundo triunfo por la mínima del seleccionado tras 3 empates consecutivos luego de haber estado en ventaja. La imagen del técnico Lionel Scaloni era acompañada por una parte en blanco con tres números. “25´ Este es el mejor fútbol jamás jugado por los hombres somos invencibles. 45´ Bueno que se yo hay cosas a corregir. 2T Por dios que termine”.

Pasó Bolivia que no puso resistencias para ser goleado y contra Ecuador por los cuartos de final se repitió el patrón hasta el ingreso loco y decisivo de Di María para activar el ataque y forzar los dos goles que liquidaron el partido. En semifinales tocaba Colombia. Equipo tan veloz como físico que lleva la fricción al límite. En el partido por Eliminatorias un golpe de Yerry Mina sacó de la cancha al arquero argentino Emiliano Martínez, que ayer recibió un golpazo de Duván Zapata. Frank Fabra le dejó a Messi el tobillo sangrando. El 10 no fue reemplazado solo porque es el 10. Cualquier futbolista normal hubiera pedido el cambio o el técnico mismo lo hubiera sacado.

Colombia es la gran cuenta pendiente del ciclo Scaloni. Ya lo enfrentó con 3 técnicos distintos. El primero fue en el segundo partido del por entonces interinato de Scaloni contra otro técnico interino, el DT de la sub 20 colombiana Arturo Reyes Montero. Fue 0-0. En Argentina del plantel actual jugaron de titulares Armani, Pezzella, Tagliafico, Lo Celso y Exequiel Palacios. El segundo tiempo entraron Leandro Paredes y Marcos Acuña. Fue la primera gira de la renovación de la alegría. La delantera era Maxi Meza, Mauro Icardi y Pity Martínez. Empezaba el año de pruebas que desembocaría en la Copa América 2019.

En dicha cita Argentina debutó contra la selección Colombia del portugués Carlos Queiroz que ganó 2-0. Ese partido mostró que Guido Rodríguez y Paredes como doble cinco se anulan funciones. Lo Celso jugó de carrilero por derecha. Scaloni apostaba por un 4-4-2 pero elegía mal a los nombres propios. El segundo tiempo entró Rodrigo De Paul y le aportaría al técnico la opción de tener un volante de tenencia que le cubra el ancho de banda en retroceso. La tercera vez fue hace un mes por Eliminatorias. A Colombia ya lo dirigía Reinaldo Rueda. Argentina estaba para golear, ganaba 2-0 pero fue 2-2 y la partida de defunción de la línea de 5 como plan B. También le costó el puesto en la lista a Juan Foyth que cometió doble falta en el gol agónico de Borja para el empate.

La Colombia que enfrentó ayer Argentina es una versión mejorada de la de junio no por una evolución colectiva sino por el ingreso al equipo titular de Luis Díaz que le aportó desequilibrio al equipo. Un jugador que cuando jugaba en Junior de Barranquilla fue pedido por Marcelo Gallardo en todos los libros de pases para traerlo a River. Abierto por izquierda sacó a bailar las veces que quiso a Nahuel Molina, hasta que lo sacaron en el entretiempo. Cambio lógico para no perder una ventana de cambios y probar con otro marcador. Pero a Montiel también lo paseó. Pezzella tampoco pudo frenarlo. Así el 14 hizo lo que quiso todo el partido, gol incluido.

Del lado izquierdo de la defensa entró Nicolás Tagliafico por Marcos Acuña con respecto al partido con Ecuador para marcar a Juan Cuadrado. Nico González bajaba para doblarle la marca y los dos estuvieron muy concentrados en esa función que cumplieron bien. No así sus intervenciones con la pelota que estuvieron imprecisas.

Soccer Football – Copa America 2021 – Semi Final – Argentina v Colombia – Estadio Mane Garrincha, Brasilia, Brazil – July 6, 2021 Argentina’s Nicolas Tagliafico in action with Colombia’s Juan Cuadrado REUTERS/Henry Romero

Argentina hizo pie en el partido con los arranques electrizantes del Messi de 34 que parecía el de 24. Lo Celso le puso el mismo pase que Gago en Santiago de Chile en 2012 por Eliminatorias. Con la velocidad justa para que nadie intercepte. El 10 pudo tirar el centro atrás para el 1-0 de Lautaro Martínez, quien jugó un muy buen primer tiempo con todas las funciones que un 9 debe cumplir.

El gol como en partidos anteriores replegó al equipo en busca de esas contras que nunca llegan. Colombia se vino y los palos y las manos firmes de Dibu Martínez mantuvieron la victoria. Por derecha Rodrigo De Paul tenía confianza en la conducción y se desdoblaba en defensa para tratar de ayudar a Molina. Pero Argentina no podía salir con la pelota por la buena presión alta de Colombia. Cada minuto el partido demandaba más intervenciones de los centrales argentinos, mejor Otamendi que Pezzella. En al área contraria Nico González volvió a ganar de cabeza pero Ospina la sacó arrodillado en la línea. Tagliafico aportaba cierres heroicos que pinchaban avances de Colombia. La ventaja era mínima. Así terminaba el primer tiempo.

En el complemento Colombia siguió en la suya. Díaz bailando al 4 de turno, Fabra pegando, Argentina sufriendo. Lo Celso con las líneas bajas no cumple ninguna función. No es un jugador para jugar de doble cinco si nos vamos a defender cerca de nuestro arquero. Por eso entró Leandro Paredes y alternó buenas y malas, como en los partidos anteriores. Llegó el gol de Colombia de un pase/pelotazo largo de Cardona que la puso entre Montiel y Pezzella para el crack Díaz que definió ante la salida de Martínez. Nos vamos a cansar de escuchar de acá al sábado que el error de Argentina es meterse atrás, sin embargo el gol de Colombia vino de una jugada más propia de un contragolpe con desatenciones individuales en la marca. Es vital recuperar al Cuti Romero, central de lujo que además emparcha errores del compañero.

Quedaba media hora para evitar los penales. Messi dolorido bajó considerablemente el nivel después de la patada de Fabra. A Guido Rodríguez le quedó largo el partido, cansado llegaba tarde a los cortes. Ya estaba en cancha Ángel Di María que por derecha está jugando en modo PSG. Entra a atacar, va al frente y con su presencia el equipo se impulsa hacia adelante. Además fuerza errores rivales. Generó una contra que increíblemente no fue gol de Lautaro Martínez, que definió mal cuando ya no había arquero y Wilmar Barrios la sacó en la línea. Pero el 11 siguió con ganas de terminar con este suplicio en los 90 minutos. Puso un pase a exquisito para Messi pero el palo jugó para Colombia, como el primer tiempo había jugado para nosotros.

Vinieron los penales nomás. Dibu Martínez atajó 3 y adivinó adónde iban a ir los 4. Se vengó verbalmente de Yerry Mina que lo sacó de la cancha en el partido de hace un mes. Aquella vez, aún lesionado, nunca soltó la pelota como quien espera toda su vida por esta oportunidad. Debutó en la selección a los 28 años. Quizás todo el sufrimiento previo del durísimo partido fue algo necesario para que tenga su noche heroica. Para confirmar que un equipo con pretensiones altas necesita un arquero con roce europeo y buen presente en ligas top del mundo. Para valorar que hay un técnico que ve todo, que no solo si andas bien te convoca sino que te pone de titular. Así como te saca sino rendís.

Para ver a Messi sangrando, metiendo el primer penal argentino, festejando en mitad de cancha y gritándole “baila, baila ahora” a Yerry Mina. Para que nos recuerde post partido que “en la copa pasada este grupo ya se hizo fuerte y que estamos más ilusionados que nunca”. Para escuchar al Coco Basile decir que “vamos a salir campeones”. El último técnico de la selección en ganar un título que siempre bancó a La Scaloneta mientras llovían palos de la prensa hegemónica, que no ganó ningún título para el país.

Quizás todo pasó para recordar que en la Copa América de 1993 también jugamos la semifinal con Colombia y pasamos por penales. Quizás llegó la hora de dar el golpe contra Brasil el 10 de julio con el equipo más sabelliano post 2014. Con un arquero heroico. Con un Messi que hace de Messi y de Mascherano. Con un grupo rocoso alineado detrás del objetivo que sigue alargando el invicto y hace más de dos años no pierde. La historia vuelve al Maracaná. Esta vez Di María puede y debe jugar. Esta vez es en serio, no estoy mintiendo ¡Vamos por la Copa!

Me convencí de eso después de escuchar a Dibu Martínez en la transmisión oficial dejando en claro qué somos y hacia dónde vamos: “Brasil es un equipazo, pero nosotros tenemos un gran entrenador y al mejor jugador del mundo. Vamos a ir a ganar”.

Argentina-Brasil: 10 de Julio en el Maracaná, nunca nos vamos a olvidar

El Movimiento 26 de Julio en Cuba intentó ese día de 1953 copar distintos cuarteles en Santiago de Cuba para tomar las armas que le permitan realizar la Revolución. La fecha no fue elegida al azar sino porque el 25 de julio en Santiago de Cuba empiezan los festejos por carnaval que duran 3 días y son una fiesta popular. La idea era aprovechar ese clima festivo para dar el golpe al día siguiente.

El asalto no salió bien por falta de gente y algunos hechos fortuitos, como dos autos chocándose en el ingreso al cuartel Moncada. Sin embargo sirvió para instalarse de cara a la sociedad y denunciar al régimen de Fulgencio Batista en el juicio que se realizó a los guerrilleros. Seis años después muchos de ellos harían la Revolución Cubana. El líder del Movimiento Fidel Castro tenía 26 años en 1953, la mayoría de sus compañeros eran menores que él. No tenían experiencia militar previa. Sí un ideal y una meta que los hizo ir planificando cada paso.

El Movimiento 10 de Julio dio el primer aviso en 2019. Se plantó contra el local Brasil en el Estadio Mineirão e hizo revolcar a su arquero Alisson Becker más de una vez. Fue una derrota que sembró una semilla intangible. La nueva camada de jugadores entendió que podían competirle a cualquiera. Los de más experiencia se ilusionaron con que había con qué. Todo bajo las órdenes del comandante en jefe de este Movimiento: Lionel Scaloni.

Sin experiencia dirigiendo clubes, el ex futbolista de Deportivo La Coruña debutó como técnico el 9 de julio de 2018 dirigiendo a la selección argentina sub 20 en el Torneo de L’Alcudia, que ganó tras vencer en la final a Rusia por 2 a 1 en tiempo suplementario. Tres años después fue el técnico encargado de romper el maleficio de 28 años sin títulos para la selección mayor ganando una final el 10 de Julio en el Maracaná, a un día del Día de la Independencia argentina, a un día de la fiesta patria que se extendería un día más con festejos hasta la madrugada de cientos de miles de personas en el Obelisco.

El ex vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera suele decir que la revolución es un hecho no predecible, que las revoluciones no avisan, simplemente suceden. Scaloni en modo Ramón Cabrero en Lanús pasó de técnico interino a técnico campeón. La selección más criticada por el establishment deportivo que ahora estará haciendo fila en las casas de disfraces para empezar el carnaval del panqueque. Pero no hay vuelta olímpica sin partido así que vamos a los bifes.

Lionel Scaloni es un técnico cambiante en los nombres elegidos, ante rendimientos buenos no duda en ponerte, lo mismo ante actuaciones flojas te saca. Salió a jugar la final cambiando casi todo el bloque defensivo con respecto al partido contra Colombia. Justamente la zona de la cancha donde Argentina más sufrió en semifinales. Afuera Molina, Pezzella, Tagliafico y Guido Rodríguez. Adentro Montiel, Cuti Romero, Acuña y Leandro Paredes. También ingresó como titular Ángel Di María a jugar la final en el Maracaná que no pudo disputar en 2014 por estar lesionado, por más que se infiltró dos veces en el vestuario para convencer al técnico Sabella que lo ponga unos minutos.

Con el ingreso de Fideo salió Nico González y Gio Lo Celso pasó como volante abierto por izquierda. Este punto fue lo más flojo de Argentina el primer tiempo porque el ex Central llegaba tarde a presionar al lateral derecho Danilo y por una cuestión de comodidad se cerraba para recibir la pelota dejando un hueco en su andarivel. Los primeros minutos Brasil y Argentina se estuvieron midiendo. Nicolás Otamendi salía a cortar lejos, casi en posición de 5, cualquier aproximación brasileña y Cuti Romero solucionaba con su velocidad cada pelota que pasaba por su sector, donde Gonzalo Montiel se mostraba confiado como quien ya está curtido en esto de jugar finales.

Argentina no podía avanzar con pases cortos y Rodrigo De Paul la tocaba poco y nada, hasta que la tocó. Se disfrazó de Juan Sebastián Verón y lanzó un pase largo cruzado adonde estaban Renan Lodi y Di María. El defensor brasileño falló y Fideo definió de manera tan perfecta que la mano del arquero Ederson no pasó ni cerca de la pelota que bajó rápido al arco como si fuera un avión volviendo a casa después de un viaje largo que duró 28 años. El gol fue en el minuto 21 del primer tiempo, mismos números pero invertidos a los 12 del segundo tiempo en 2008 el mismo jugador había metido el mismo gol en la final olímpica de Beijing  que Argentina también ganó 1 a 0.

Después del gol el partido y nuestras cabezas se fueron a un limbo ¿Será esta vez? Hasta que aterrizamos de golpe cuando Angelito se torció la pierna en una corrida y el relator de TyC Sports (ni vale la pena nombrarlo) empezó a tirar mala onda recordando las anteriores lesiones de Di María en partidos decisivos de la selección. Pero el jugador del PSG volvió, como quien vuelve del silencio más puro a este ring de boxeo. El segundo tiempo se juntó con Messi algunas veces para tocar unos temas de esa banda que sigue girando llamada Los Viejitos Piola Rocanrol. Atrás Nico Otamendi seguía cabeceando ante cada riff de guitarra despejando todo lo redondo que volara por los aires.

Brasil mejoró con el ingreso de Firmino que juntaba marcas por el centro, Acuña incluido, y quedaba el hueco libre para Richarlison en la derecha. Tuvo dos chances de gol, una la convirtió pero la anuló el juez de línea por posición adelantada. La otra la atajó ese nuevo héroe nacional llamado Dibu Martínez. Scaloni sacó a Paredes porque tenía amarilla, algunos minutos después lo mismo hizo con Lo Celso, que también estaba amonestado y encima ya no volvía por el carril izquierdo. Adentro Guido Rodríguez y también Nico Tagliafico para que se adelante Acuña a volantear.

En el medio De Paul seguía jugando y repartiendo cierres de boca para quienes ponían en duda su condición de jugadorazo. Que juega porque es amigo de Messi, que es un capricho de Scaloni. Le salió barato al Atlético Madrid que se lo llevó antes del torneo por 35 millones de euros. Partido consagratorio del ex volante de Racing que le sirvió el gol a Messi que hubiera sido la frutilla del postre y casi mete su gol al final del partido cuando ya veíamos el encuentro codificado por los lágrimas de nuestros ojos.

No fue un gran partido de Messi. Tras el encuentro el técnico Scaloni reconoció que estaba con dificultades físicas por un problema en el isquiotibial. “Yo, como entrenador, en ningún momento puedo prescindir de un jugador de estas características, no hay ninguna posibilidad, incluso jugando en inferioridad de condiciones como ha jugado este partido y el anterior, declaró el Comandante.

Se suele repetir que las finales se ganan pero no hay forma de ganarlas sin jugarlas. Argentina la ganó, la jugó y la mereció. Se plantó en el Maracaná a dar el golpe que Messi había preanunciado antes del torneo y que sus compañeros se encargaron de repetir cada vez que le ponían un micrófono enfrente. Solo sufrimos de ratitos cuando agarraba la pelota Neymar tirado a la izquierda en modo Unas ganas de pisarla y encarar. El 10 brasileño terminaría el partido siendo abrazado por Scaloni y luego repartiría risas con Messi y Paredes en cuero sentados en una escalera. Como si fueran un grupo de amigos tomando una coca y recordando anécdotas después de un papi fútbol.

El final del partido llegó segundos antes que se cumplan los minutos agregados. Messi se dejó caer al piso. Rodrigo De Paul la figura de la noche fue corriendo a abrazarlo. Lo mismo hizo Acuña, Tagliafico y todos los jugadores que se hicieron una montaña arriba suyo. Como si fueran los encargados de haber hecho del mundo un lugar un poco más justo. Lo levantaron y tiraron para arriba como en un casamiento. Parecía que había salido más campeón Messi que Argentina. Nada era normal. Darle tanta dimensión a una Copa América solo se entiende por Messi, el Loco de Ezeiza que siguió viniendo en busca de poder vivir este momento. Cuando se cruzó con Scaloni lo abrazó y lo levantó.

La primera vez que Lionel Messi jugó una final en la selección mayor tenía 20 años. Vio al capitán del equipo Roberto Ayala meter un gol en contra en su despedida de la selección. Hoy que lo superó en partidos jugados con la albiceleste lo tiene de ayudante de campo del técnico Scaloni. Igual que Pablo Aimar otro que estuvo en 2007 contra Brasil y había sido el último futbolista de la selección argentina en meter un gol en una final en la Copa Confederaciones 2005, que perdimos 4 a 1 también con Brasil.

Después de la del 2007 Messi jugó y perdió 3 finales más. Vio el gol de Gotze en 2014 y sobrevivió para contarlo. Vio un penal de Higuaín irse por arriba del travesaño en 2015 y uno suyo en 2016. Renunció de palabra pero nunca fue al correo mandar el telegrama porque ama demasiado a esta camiseta. Volvió a intentarlo una y otra vez. En el Maracaná Ayala, Aimar y Messi salieron campeones.

En 1971 el poeta, activista y cantante estadounidense Gil Scott-Heron lanzó la canción The Revolution will not be televised (La revolución no se televisará) que tiene muchas referencias a la televisión de la época y habla de la revuelta de la comunidad negra estadounidense. A las espaldas de los medios hegemónicos se armó el Movimiento 10 de Julio. Ese que sin armas ni rencores fue a dar el golpe al Maracaná. Te juro que aunque pasen los años nunca nos vamos a olvidar del 10 de julio del 2021.

Lucas Jiménez

Twitter: @lucasjimenez88

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